Ayer, hoy y siempre, donar salva vidas

En el marco del Día Nacional de la Donación de Órganos, Osuner dialogó con Mariana Ramírez, Técnica en Comunicación Social encargada del área de Comunicación en el Centro Único Coordinador de Ablaciones e Implantes de Entre Ríos (CUCAIER), acerca de la donación de órganos, tejidos y médula ósea con el fin de concientizar sobre la necesidad y la importancia de donar para salvar vidas. 

Las cirugías de trasplantes de órganos consisten en el reemplazo de un órgano o tejido enfermo por otro sano. Este procedimiento se indica cuando no existe otra alternativa para salvar la vida de una persona. Según los datos de la Central de Reportes y Estadísticas del Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina (SINTRA), 7.052 personas necesitan un trasplante crucial en este momento.

Conforme a la Ley Nº 27.447 de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células o Ley Justina, promulgada en 2018, todas las personas mayores de 18 años son consideradas donantes de órganos. Siempre y cuando no se haya expresado en contra a través de uno de los canales legales, ya sean los organismos jurisdiccionales, el registro civil o la App Mi Argentina.En caso de que sí, el operativo se aborta porque se respeta la voluntad de la persona. Con la normativa anterior, presumíamos que las personas podían ser donantes y consultábamos la decisión con la familia”, aseguró Ramirez. 

Mariana Ramírez, Técnica en Comunicación Social – Comunicación CUCAIER

Ahora bien, lo que complejiza la situación es que el consentimiento no es la única condición necesaria para llevar adelante un trasplante. La realización de este tratamiento médico depende de las circunstancias del fallecimiento del posible donante. La comunicadora explicó que: “para ser un donante real, o también denominado donante cadavérico, la persona debe fallecer en la terapia intensiva de un hospital bajo un criterio neurológico. Es la única manera de preservar los órganos hasta la cirugía de ablación e implante”. En el caso de donación de tejidos, este requisito no es ineludible. 

En nuestro país también se llevan adelante donaciones en vida. Los trasplantes renal y hepático son las dos factibles operaciones, tras verificar que la persona dispuesta a donar no corre riesgo de salud. Al respecto, Ramírez detalló que “se puede donar un riñón porque es posible que la persona donante viva con solo uno o una sección del hígado porque se particiona en lóbulos y luego se regenera. Se dan en casos de extrema necesidad ante la falta de un donante cadavérico”. A diferencia de las donaciones post mortem, el vínculo de sangre entre donante vivo y receptor es una exigencia de la legislación vigente. Además de que existan perspectivas de éxito para quien recibe el órgano, “esta cláusula evita que medien intereses comerciales o de otra índole”, puntualizó.

Con el objetivo de desmitificar cuestiones sobre la donación de médula ósea, también consultamos con la delegada en comunicación acerca de este procedimiento específico. “Una persona necesita una donación de médula cuando tiene una enfermedad en la sangre como, por ejemplo, leucemia o anemia severa y ya pasó por tratamientos médicos que no pudieron curar su padecimiento. En ese caso se le indica el trasplante para salvar su vida. Sin embargo, no es tan simple. La compatibilidad genética debe ser del 100% y puede ser encontrable en los hermanos. Aún así solo se tiene un 25% de ser compatible”, precisó. 

El Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), junto con más de 30 países, creó un registro mundial de posibles donantes de médula que ya lleva 40 millones de registrados. Esta base de datos sirve para que cuando un paciente en espera no tiene compatibilidades con sus parientes, pueda recurrir al listado e intentar encontrar a su donante compatible. 

Para registrarse como posible donante se brinda una unidad de sangre en un centro captador. En Paraná, los interesados se pueden acercar al Hospital Materno Infantil San Roque y al Hospital San Martín. “El donante llena una planilla con datos de contacto y se le toma una muestra para analizar los datos genéticos. Si alguien en el mundo es compatible, se la contacta y, si sigue con la misma idea y en condiciones de salud, se procede a la donación de médula”, detalló Ramírez. 

Para este procedimiento se utiliza una máquina de aféresis, que tiene una entrada y una salida, en la que se filtran las Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) que sirven para el trasplante. “Esto significa que la sangre y otros componentes vuelven al cuerpo por el torrente sanguíneo. Días previos a la conexión con la máquina, al donante se le colocan vacunas que hacen posible esta filtración”.

A nivel nacional, la lista de espera es controlada por el INCUCAI, que trabaja de manera articulada con las demás instituciones de las provincias para procurar programas de concientización y la distribución transparente y equitativa de órganos y tejidos. Esta repartición se da en base a criterios médicos preestablecidos de compatibilidad, emergencia y urgencia en los que se tiene en cuenta la edad y la gravedad del paciente, la compatibilidad entre donante y receptor y el tiempo en espera. Sobre su trabajo en CUCAIER, Ramírez concluyó: “En la jurisdicción de Entre Ríos trabajamos de manera articulada en la contención y el respeto a la familia donante que está iniciando un proceso de duelo. Tratamos de acompañar en cada caso. A veces, los miembros de la familia no saben sobre la decisión de su ser querido. Los parientes pueden ver una luz al final del camino, agradecidos con el acto de donar”.

 

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